Los economistas trabajan con el concepto de «inflación percibida», que estima la sensación de variación de precios que tienen los consumidores. La Fundació Impulsa señala en este sentido que la inflación percibida aumentó un 0,1 por ciento en marzo cuando acumulaba cuatro meses consecutivos de bajada. Arriba, gente realizando la compra en un supermercado.
«El aumento de precios del que se habla es más psicológico que real. Todo el mundo va diciendo que han subido, pero es más una sensación que una realidad», defiende Alfonso Rodríguez, presidente de la asociación de consumidores y usuarios de Baleares, Consubal.
Rodríguez explica que Consubal realiza un seguimiento de la evolución de los precios –concretamente, los de la cadena Mercadona– desde que el Gobierno decretó el estado de alarma. «Sí que hemos apreciado un ligero incremento de algunos productos, pero es prácticamente imperceptible». Además, la subida «solo ha afectado a productos muy específicos» y a meudo está relacionada con el fin de la cosecha, tal y como ocurre con las naranjas o las alcachofas, añade el presidente de Consubal.
Rodríguez indica que las únicas quejas que Consubal ha recibido desde la crisis sanitaria son sobre productos de farmacia como gel deinfectante o mascarillas, cuyo precio se ha incrementado hasta un 400 por ciento. En cambio, «no hemos recibido» sobre productos de alimentación y de primera necesidad.
«Inflación percibida»
El catedrático de economía aplicada y director técnico de la Fundació Impulsa, Antoni Riera, también rechaza que pueda afirmarse que se haya producido una subida de precios, si bien indica que de momento solo se dispone de los datos definitivos del IPC de marzo y que habrá que esperar a los de abril. «El IPC de marzo da cuenta de un pequeño aumento en la alimentación y los productos de higiene, pero para poder afirmar con rigor que durante el estado de alarma se han encarecido estos productos este aumento debe reflejarse nuevamente en otra estadística, se debe afianzar. Ahora bien, lo lógico es que no sea así, puesto que previsiblemente las rentas de las familias disminuirán».
En cambio, Riera señala que sí ha aumentado la «inflación percibida», que es el índice que estima la sensación de variación de los precios entre los consumidores. En este sentido, el economista señala que la inflación percibida en Baleares aumentó en marzo un 0,1 por ciento cuando acumulaba varios meses consecutivos de caída (concretamente, había bajado un 3,2 por ciento entre noviembre y febrero).